Visitar Casanare surgió sin mucho planearlo, como han surgido muchos de mis mejores viajes. Un día, quería armar un viaje para un fin de semana de octubre y pensé en buscar opciones para conocer Putumayo. Ese dia recibí un correo de Awake donde contaban que estaban promocionando dos destinos, Casanare y Montes de María, con el apoyo de USAID. Al entrar a ver el plan para Casanare, los paisajes me parecieron hermosos y decidí armar maletas.
Realmente ha sido uno de mis mejores viajes. El anfitrión de este viaje fue Heiler, un llanero que vive en Trinidad (Casanare) y quien conoce muy bien la región, además de mostrar pasión por lo que hace. El viaje comenzó a medio día en Yopal, de donde tomamos carretera para Trinidad y después el Hato Berlín, donde tuve la primera experiencia con los paisajes y la fauna del Casanare. Ese día vi babillas, chigüiros y garzas. La primera parte del recorrido la hicimos a pie y luego en lancha. El recorrido en lancha por la cañada fue increíble, se respiraba y escuchaba la tranquilidad y belleza del paisaje. Además de que tuvimos la oportunidad de apreciar el atardecer llanero.
Durante el recorrido, Heiler me iba contando sobre cómo había comenzado como operador turístico. Hace dos años está registrado como operador turístico y organiza viajes con agencias en Yopal y ahora con Awake. Él ubica los hatos para hacer los recorridos y organiza con hoteles en Trinidad o con otros hospedajes más finqueros para alojar a los visitantes. Heiler tiene un grupo de vaqueria que se llama Vaqueros del río Pauto y organiza un torneo de vaquería en Trinidad.
El segundo día lo destinamos a recorrer la Reserva la Gaviota. Acá el recorrido lo hicimos a caballo. Yo hacía como 15 años no montaba a caballo, aunque en India monté en camello. Este recorrido estuvo muy chévere, porque tuvimos que atravesar una cañada a caballo, así que fue toda una experiencia. Además vimos garzas muy lindas. Hay varios tipos de garzas, unas son las blanquitas, otras las rosadas ( a las cuales les dicen paletas) y las rojitas (que se llaman Corocoras).
Ese día también visitamos San Luis de Palenque que es la tierra del Cholo Valderrama. Además que probamos el helado típico, helados de leche con pony malta.
El último día estuvimos en el Hato los deseos, este fue el Hato más grande de todos, el cual también recorrimos a caballo. Acá vimos muchas garzas, así como buhos, venados y un garzón. Lo único fue que ese día me tocó hacer el recorrido con tapa bocas porque hay una planta que se llama rabo de vaca, que tiene una pelusa que alborotó mi alergía y mi asma.
En el recorrido Heiler también me comentaba que esta es una región ganadera y arrocera, no obstante para la producción de arroz deben irrumpir en el hábitat generando un impacto ambiental importante en la región.
En definitiva, Casanare fue un destino único que recomiendo muchisimo a aquellos viajeros que les gusta vivir nuevas experiencias y disfrutar otros paisajes.
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