En diciembre de 2016 estuve en Colombia. Hacía cerca de un año no iba, así que tenía acumulados varios antojos gastronómicos. La primera mañana mi mamá me tenía de desayuno un delicioso caldo de costilla. Para muchos, no colombianos, la idea de tomar una sopa en la mañana parece algo extraña. Sin embargo, para quienes crecimos con el típico desayuno dominguero de caldito de costilla, la "sopa" al desayuno es toda una delicia.
Otro de los antojos que tenía era de changua. Yo adoro la changua al desayuno. Si, otro de esos desayunos poco comunes. Quien se puede imaginar que una especia de sopa a base de leche sea uno de los desayunos favoritos de muchos bogotanos.
Mi mamá es de Boyacá y la comida que se prepara en mi casa es la comida típica de la región Cundiboyacense, así que otro de los antojos que tenía era de envueltos de mazorca. La preparación de los envueltos ha sido algo en lo que siempre participaba cuando estaba viviendo en Colombia. Instalar el molinillo en una superficie estable, moler el maíz, mezclarlo con el azúcar, la esencia de vainilla, las uvas y la mantequilla me parecía, o parece, un plan delicioso. Luego venía la etapa de armar los envueltos, encontrar los ameros más bonitos para que el relleno no se fuera a salir. La verdad es que hacer envueltos es todo un arte.
Vivir en India me mostrado que hay muchas opciones ricas vegetarianas, sin embargo para mí la carne de res sigue siendo parte de mi dieta. Es cierto que ya consumo mucho menos que antes, pero de vez en cuando una morcilla, un chorizo, un chunchullo, o un bife de chorizo no caen nada mal. Uno de mis restaurantes favoritos en Bogotá es La Estancia Chica, para mí acá la carne es una delicia. Mis visitas a Colombia no están completas sin un almuerzo en la Estancia Chica. Mi menú siempre es el mismo, de entrada una morcillita con chunchullo y de plato fuerte un bife de chorizo.
El tradicional asado no puede hacer falta durante una visita a Colombia. Las papas saladas con guacamole, la mazorca asada con mantequilla, el plátano maduro, la carne, el pollo y el aguardiente no pueden pasarse por alto.
Si a mí hay algo que también me gusta mucho es el mondongo, yo no soy muy fanática de las sopas, pero el mondongo está siempre dentro de mis platos favoritos. Esta vez el mondongo lo tomé en un restaurante paisa por Siberia, muy rico. Lo que me pareció curioso fue que sirvieran el mondongo con un banano. Esa imagen me remonto a muchos años atrás cuando mi mamá efectivamente le servía la sopa con un banano a mi papá, particularmente la sopa de fideos. Esa combinación de sopa y banano siempre me ha parecido un poco extraña.
Finalmente una de los planes que me gusta hacer cuando voy a Bogotá es ir a La Puerta Falsa en el centro a tomarme un agua de panela con almojábana. Para muchos eso de poner el queso dentro de la agua de panela o el chocolate para que se derrita es algo difícil algunos veces, pero a mi mezclar el queso, la almojábana y hacer una especia de sopita con el chocolate o la agua de panela me parece delicioso.