En enero de 2016 estuve en Pushkar en Rajastán. Lo que conocía de India hasta ese momento correspondía al viaje que hice en el verano del 2010, oportunidad en la que recorrimos el norte de India por dos semanas pasando por Varanasi, Agra, Delhi, Jaipur, Dharamshala, Dalhousie, Manali y Shimla. Escogí Pushkar por dos razones, por un lado Rajastán fue una región que me pareció súper linda y que quedé con ganas de explorar. Por otro lado es un destino no muy lejos de Delhi y que es aconsejable para "solo-travelers". Para planear mi viaje decidí contactar a Kritika, quien desde octubre 2015 me ha ayudado a planear el 90% de mis viajes en india. Ella, a través de The Wanderbug, se encargó de todo. La verdad es que me gusta mucho planear mis viajes con Kritika porque ella conoce lugares muy lindos donde quedarse, le da a uno consejos sobre qué sitios visitar, qué tipo de ropa llevar y se encarga de todo el transporte desde el momento que uno sale de la casa. Ella me recomendó un sitio lindísimo en Pushkar, se llama Orchad. Son carpas de lujo que parecen una mini casita. Tiene una salita, un estudio, la alcoba y el baño. Es un lugar perfecto para sentarse a leer, escribir y disfrutar de la tranquilidad.
Pushkar es una ciudad muy interesante para recorrer. Sentarse en las escaleras a ver el lago es algo muy bonito. Pushkar es una ciudad muy sagrada y mucha gente va a hacer ofrendas, las ofrendas son como unas canasticas llenas de flores y otras cositas que la gente pone en el lago. Bueno, esta es mi versión de la parte sagrada de Pushkar; claramente debe tener un lado mucho más profundo y filosófico, pero creo esa es una manera sencilla de describir lo que observaba a mi alrededor cuando estaba sentada contemplando el lago.
Pushkar es un destino muy común dentro de los "backpackers" que visitan India. Eso le da un toque chévere, para mi gusto. Lo hace un destino relajado a visitar. Está lleno de cafecitos y restaurantes sencillos pero agradables y con una comida rica. Me sorprendió ver a un gran número de turistas argentinos, a quienes reconocí fácilmente por el acento. El primer día que caminé por Pushkar, caminé bordeando todo el lago y dejándome sorprender por esos detalles y esas sorpresas que uno encuentra al caminar por primera vez en algún lugar.
Algo que había querido hacer siempre había sido montar en camello en el desierto. Y en Pushkar tuve la oportunidad de hacer mi sueño realidad. Al comienzo me dio un susto tenaz. Los camellos son súper altos, y uno siente que se puede caer el cualquier momento. Yo le decía al muchacho que lo llevaba, que por favor fuéramos muy despacio. Después de unos cuantos minutos de recorrido ya le fui cogiendo confianza. Fue una experiencia que me ¡encantó! El plan turístico es ir a ver el atardecer. Así que a medida que el sol caía, llegaban más turistas (en sus camellos) a observar el atardecer. Cómo es un plan turístico, músicos locales se acercan para interpretar música tradicional de la región.
En definitiva, fue un paseo que me encantó y que disfruté al máximo. Espero seguir explorando India en esta segunda versión de mi estadía en este interesante, retador y encantador país.