Mi estadía en India ha tenido un propósito, conocer y viajar al máximo. Un fin de semana largo del 2016 lo aproveché para explorar un nuevo destino, Landour en Uttarakhand. La temperatura en Delhi comienza a subir e ir a las montañas es un muy buen plan para escaparse no sólo del calor, sino de la contaminación, el ruido y el caos. Vivir en grandes ciudades tiene sus ventajas, pero también sus desventajas. El viernes salí en la mañana con rumbo de Dehradun, es un vuelo que no demora más de 40 minutos. Se demora uno más en el aeropuerto que en el vuelo. En Dehradun me estaba esperando un señor, quien me llevó a mi destino final, Landour. El viaje por carretera se demora más o menos dos horas. Yo me imaginaba un trayecto lleno de curvas, como el de Mariquita a Manizales, pero la verdad aunque hubo curvas, no fue un viaje pesado. En Landour me quedé en un sitio que se llama Doma's Inn. La decoración es muy interesante y el personal muy amable. Eso sí, la primera mañana los micos saltando en el techo me despertaron.
Mis días los dediqué a caminar entre las montañas, disfrutar del verde, del silencio, de la tranquilidad y los paisajes. También aproveché para comer rico porque un amigo que estudio en un colegio de la zona me recomendó varios lugares. Debo decir que mi sitio favorito fue un restaurante/cafecito pequeñito en Char Dukan que es la zona del mercado en Landour. La gente súper amable y las cosas que venden son sencillitas pero muy ricas.
Otro sitio que me gustó mucho fue un café que se llama Cafe Ivy, el sitio es muy bonito y la vista espectacular. Es el sitio para llevarse un libro, tomarse un café, disfrutar el paisaje y perderse en las páginas de una nueva historia. Como siempre, recorrer India es un placer. Dejarse sorprender por la diversidad de paisajes y de cultura de este país hace parte de la experiencia de vivir en India. India es un país de contraste, un país en el que todos los sentidos están despiertos, un país que espero seguir descubriendo.
